sábado, 21 de julio de 2012

Vuelve la violencia a los EE. UU.

Con un casco, una máscara de gas y un chaleco antibalas, vestido de negro como el villano de la última entrega de la saga fílmica de Batman, James Holmes, de 24 años, entró la noche del jueves por la salida de emergencia de la sala 9 del cine Century 16, en la localidad de Aurora, en Colorado, armado hasta los dientes. Abrió dos botes de gas y, aprovechando la confusión y la humareda, descargó varias ráfagas de fusil al techo, a modo de advertencia. Luego se paseó por la sala, desde la pantalla hasta la última fila, disparó a 71 espectadores, y abatió a aquellos que intentaban huir de forma desesperada.


DETALLES Y ESCENARIO DE LA MATANZA.  / MARIANO ZAFRA / EL PAÍS
Murieron 12 personas, y otras 59 resultaron heridas de diversa consideración. Se trata de la mayor matanza en Estados Unidos desde la ocurrida en la universidad de Virginia Tech en 2007, en la que el estudiante Cho Seng Hui aniquiló a 32 personas. La masacre del instituto de Columbine, en la que dos alumnos asesinaron a 13 personas, ocurrió en 1999 a solo una treintena de kilómetros del cine donde en la madrugada del viernes se estrenaba, con mucha expectación, la última entrega de la serie Batman, con el título El caballero oscuro: la leyenda renace. El presidente Obama ha declarado cinco días de luto.
En muchas salas las entradas se habían agotado. Algunos de los seguidores más fieles del hombre murciélago habían acudido a los cines vestidos como sus héroes o villanos favoritos. Holmes -había comprado su entrada y dejó la puerta trasera abierta para poder entrar por ella más tarde- seguramente pasó desapercibido entre ese carnaval, con su máscara y su chaleco, un atuendo parecido al de Bane, el villano de la película. A los reunidos en la sala 9 de los cines de Aurora, lo del gas les pareció primero un espectáculo montado por los dueños del cine, mera publicidad. Pronto descubrirían que las balas que habían de seguir eran muy reales.
Durante los casi 15 minutos en que Holmes se paseó por la sala, mató a 10 personas. A algunas les apuntó con su fusil a la cara. En otros casos, disparó hacia la salida principal, donde se agolpaban algunos espectadores presas del caos y del pánico. Una de las balas atravesó la pared e hirió a una persona en la sala contigua. Algunos fallecidos eran soldados, según informó posteriormente el Pentágono. Los heridos fueron trasladados a seis hospitales; dos de ellos murieron cuando eran atendidos. Cuando la policía local de Aurora, que tiene su comisaría a tres manzanas del cine, llegó al lugar de los hechos, Holmes aún seguía apretando el gatillo.
Mientras los agentes trataban de tomar el cine, y gritaban a los espectadores que se tumbaran en el suelo, Holmes tuvo tiempo para salir al aparcamiento y dirigirse hacia su coche. Allí fue detenido sin oponer resistencia. La policía le requisó dos pistolas automáticas Glock, una escopeta Remington y un fusil AR-15, tres de ellas se encontraban en el coche del sospechoso, la otra fue hallada en la sala del cine. Todas las armas y más de 6.000 municiones habían sido compradas de manera legal en los pasados meses en las tiendas Bass Pro Shops yGander Mountain Guns.
Una de las fallecidas es Jessica Redfield, una periodista deportiva que ya había sobrevivido a un tiroteo en Toronto (Canadá) en junio. Su hermano habló con un amigo de la joven que estaba en el cine y sobrevivió al tiroteo, y describió así el incidente en su blog: “Brent oyó gritar a Jessica y vio que le habían dado en la pierna. Brent le aplicó presión sobre la herida y trató de calmarla. En ese momento dieron a Brent en las piernas. Cuando aún atendía a Jessica, Brent se dio cuenta de que ya no gritaba. Dice que miró a Jessica y vio que tenía un orificio de entrada en la cabeza”.En el momento del arresto, Holmes dijo a los agentes que su apartamento estaba lleno de explosivos. Según el jefe de policía de Aurora, Dan Oates, la vivienda estaba “repleta de trampas”, con artefactos que parecían “muy sofisticados, inflamables o explosivos”. Cinco edificios fueron desalojados. “Esto podría llevar días”, dijo Oates, que indicó que el sábado los agentes intentarán entrar en el apartamento.
En las otras salas de cine —la nueva entrega de Batman se proyectaba en cuatro, con aforo completo— se oyeron los disparos y las alarmas. Algunos espectadores no les dieron importancia, pensando que eran bromas o parte de la proyección. Cuando vieron a gente correr, se fijaron en el hombre armado, disparando en la sala de al lado. Las grabaciones efectuadas con teléfono móvil y colgadas en Internet muestran un caos de gente huyendo hacia la calle, mientras se oyen de fondo los tiros.
Ante el temor de que a Holmes le salieran imitadores, la policía de Nueva York decidió incrementar anoche la seguridad en los cines que proyectaran la película de Batman. El FBI dijo que considera la masacre “un asunto aislado”. “Tenemos una investigación abierta sobre un tirador, y estamos colaborando con la policía de Aurora. No hay indicaciones, tan pronto en la investigación, de que haya ninguna relación con el terrorismo”, dijo ese cuerpo de policía judicial en un comunicado.
James Holmes comparecerá ante un tribunal federal el próximo lunes 23, según informó la noche del viernes el jefe de policía de Aurora, Dan Oates. "Habrá justicia par estas víctimas. Esta justicia vendra desde el tribunal".

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Ver El País

viernes, 20 de julio de 2012


Las peores matanzas de Estados Unidos

El tiroteo de Denver, desgraciadamente no es un hecho aislado en un país que, en los últimos 20 años, ha contabilizado 24 tragedias semejantes

Eric Klebold y Dylan Harris, los responsables de la matanza de Columbine.
El tiroteo en la Universidad de Virginia Tech es, hasta la fecha, la matanza que más víctimas se ha cobrado en EE UU. El 16 de abril de 2007, Seung-Hui Cho, un estudiante de ese centro educativo, mató a 32 personas e hirió a otras 17 en dos tiroteos separados por unas dos horas de diferencia, antes de quitarse la vida. Pese a que Cho había sido diagnosticado con un desorden de ansiedad, no tuvo ningún problema en adquirir las armas que utilizó en la masacre. La tragedia determinó al Estado de Virginia a prohibir la venta de armamento en los grandes almacenes.

Tiroteo en la Universidad de Tejas

La segunda tragedia más mortífera de EE UU tuvo lugar el 1 de agosto de 1966. Charles Whitman, un estudiante de la Universidad de Texas, se apostó en la torre del reloj del centro, provisto de tres pistolas y dos rifles de mira telescópica, y comenzó a disparar de manera indiscriminada. En los 90 minutos que duró el tiroteo, Whitman asesinó a 14 personas e hirió a otras 32. Previamente ya había quitado la vida a su mujer y a su madre. Un oficial abatió a Whitman de un tiro en la cabeza.

Matanza de Columbine

Aunque no es la que más muertos se cobró, probablemente la de Columbine (Colorado) sea la matanza de estudiantes que mayor impacto haya ocasionado en EE UU. El 20 de abril de 1999, Eric Harris y Dylan Klebold, de 17 y 18 años respectivamente, entraron en su Instituto de Columbine -a 29 kilómetros de Aurora, el suburbio donde está el cine en el que se ha producido el último tiroteo- provistos con un arsenal de armas y empezaron a abrir fuego contra sus compañeros. Harris y Klebold asesinaron a 12 alumnos y a un profesor antes de acabar con sus propias vidas. La masacre quedó registrada en las cámaras del circuito interno de seguridad del centro.

Tragedia en Minnesota

La mañana del 21 de marzo de 2005, Jeffrey Weise, un joven de 16 años, mató a su abuelo y a la abuela de su novia en la reserva de Red Lake en Minnesota. Acto seguido cogió el coche de su abuelo y se dirigió al instituto de Red Lake. En menos de tres minutos descargó 45 disparos que terminaron con la vida de cinco alumnos, un profesor y un guardia de seguridad e hirió a otros cinco compañeros. Durante ese corto intervalo de tiempo, los testigos aseguran que Weise no dejó de sonreír y que a una de sus víctimas le preguntó si creía en dios, algo que también inquirieron los asesinos de Columbine. Weise, que fue herido en el vientre con un lapicero que le clavó uno de los estudiantes que trató de contenerlo, se disparó un tiro en la boca. Las autoridades descubrieron que el joven había avisado de que planeaba llevar a cabo la matanza en varios correos electrónicos.

Ejecución en una universidad católica en Oakland

Una de las peores tragedias universitarias ocurrió hace tres meses en la Universidad cristiana de Oikos en Oakland (California). Alrededor de las 10.30 de la mañana del pasado 2 de abril, Ono Goh, un exalumno de 43 años, entró en el centro tomó a la recepcionista de rehén y preguntó por una auxiliar administrativa. Al comprobar que no estaba,puso a siete alumnos en fila india y les disparó a sangre fría acabando con sus vidas. Goh abandonó la universidad en su coche y fue detenido a las afueras de Alameda. La policía confirmó que que arrestado estaba preocupado por que se mofaran de sus conocimientos del inglés y que llevaba planeando la matanza desde hace semanas.

Tiroteo en una escuela Amish

Charles Carl Roberts, un repartidor de leche, es el responsable de otra de las matanzas en una escuela más recordadas en EE UU. El 2 de octubre de 2006 entró en una escuela Amish de la comunidad de Nickel Mines en Bart (Pensilvania), obligó a los adultos y a los niños a abandonar el recinto y se encerró sólo con las niñas, estudiantes de entre 6 y 13 años. Minutos después abrió fuego contra una docena de ellas. Tres murieron inmediatamente, otras dos lo hicieron al día siguiente en el hospital. Acto seguido, Roberts se suicidó. El de Pensilvania era el tercer tiroteo que se producía en un colegio de EE UU en esa misma semana.

Cuatro tragedias en 2012

En lo que va de año, en EE UU se han vivido varios episodios en el que personas armadas han disparado contra la población. Al tiroteo de la madrugada del viernes en el cine de Denver y a la matanza en la Universidad de Oklahoma, ha que añadir la muerte de tres alumnos a manos de otro compañero en un instituto de Cleveland el pasado 28 de febrero, el asesinato, siete días después, de la directora de un centro de Educación Secundaria de Florida a manos de un profesor de español y el tiroteo, el 8 de marzo, en el Hospital Psiquiátrico de Pittsburgh, en el que John Shick, de 30 años -que fue abatido por la policía- acabó con la vida de dos personas e hirió a otras siete.