Tras veinte sesiones del Módulo de Psicopedagogía, aquí están los navegantes que llegaban a buen puerto (faltan Lupita, Hilmer y Gabriel). Disculpen la tardanza para la publicación de esta foto pero no encontraba ni el software ni el cable. Pero aquí están, para la memoria de la maestría, todas y todos muy contentos y sonrientes. De izquierda a derecha están: Josefina, Ana María, Lourdes, Vicente, Miriam, Pilar, Antonia, José y Ángel. Yo no salgo pues soy el fotógrafo (JC).
La escuela es el escenario donde la violencia se manifiesta como reflejo de la violencia social. Maestros que la emprenden contra los alumnos, alumnos que amedrentan a los maestros y directivos, alumnos y alumnas que se agreden entre sí. Sin embargo, hay un gran silencio ante esta problemática y son pocas las acciones que nos permitan prevenir actos de violencia en las escuelas.
sábado, 10 de febrero de 2007
viernes, 9 de febrero de 2007
Niños tarahumaras
Muy cerca de Creel, Chihuahua, está una escuela internado para niños y niñas tarahumaras. Allí viven de lunes a viernes: estudian, comen y duermen. Algunos, los que viven cerca, van a sus casas los fines de semana, pero otros tienen que esperar a que vengan sus padres por ellos. Unos italianos que nos dieron un aventón hasta la escuela les obsequiaron estos lentes. Los niños estaban felices y con gusto accedieron a sacarse la foto.
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jueves, 8 de febrero de 2007
Educar para la paz
Para quien lea los diarios, escuche y/o vea los noticiarios de radio y televisión, sabe muy bien que la violencia está en el entorno social y de manera particular en el hogar, en la familia. De ello son testimonio los menores maltratados, las personas torturadas, las mujeres golpeadas y violadas, y los millones de seres humanos que la han padecido por guerras, crímenes de odio, delincuencia común, violencia doméstica y crimen organizado.
La acción educativa que debe impulsarse con el propósito de prevenir y combatir la violencia social y escolar puede resumirse en cuatro palabras: Educar para la paz. Para llevar adelante este planteamiento se requiere, de manera paradójica, el análisis y la reflexión en torno al fenómeno de la violencia en su sentido más general, en su dimensión social. Y a partir de ello reconocer la violencia escolar como una manifestación y consecuencia de aquella, que tiene su expresión en el ámbito educativo y cuyos actores son los maestros y los alumnos, principalmente.
Esto es lo que se intenta articular en este cuaderno de viaje, con miras a la organización del trabajo docente para la investigación, la búsqueda, la discusión, el intercambio y la selección de materiales sobre la violencia social y escolar, con el concurso de mis alumnas de la licenciatura en pedagogía, de la Universidad Pedagógica Nacional, haciendo uso de determinados aspectos de los paradigmas psicopedagógicos, de las tecnologías de la información y la comunicación y del cómputo educativo.
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